Café mexicano, café indígena Las comunidades indígenas producen un 70% del café de México en pequeñas explotaciones.

El director de la Academia Mexicana del Café, barista James, sostiene que “hablar de café indígena es hablar de café mexicano” y las cifras lo reiteran. En México, alrededor del 70% de la producción de café está elaborada por manos indígenas, pequeños productores que no poseen más de cinco hectáreas con la particularidad de que el café lo piensan no como un negocio sino como un modo de vida para sobrevivir.

El 72% de la población indígena de México vive en la pobreza, por ello se han creado programas como el de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) que tiene como objetivo atender sus necesidades, mejorar su calidad de vida y seguir nutriendo su desarrollo. Saber encausar dichos programas puede ser la clave para mejorar sus propósitos; en el ámbito cafetero, la Academia Mexicana del Café ha apostado por la educación como el mejor vehículo para preservar y desarrollar la cadena productora del café; en este caso, su contribución con la CDI, asesorando a productores indígenas, se focaliza en la sintonía que existe entre el café y el productor.

Conclusión de curso de tueste y catación a productores en la Academia Mexicana del Café
Productores indígenas con un diploma de un curso de tueste y cata de la Academia Mexicana del Café.

México es un país complejo en cuanto a geografía y que cuenta con una diversidad climatológica beneficiosa para el cultivo del café; no obstante, ello también ha influido en el desarrollo de las comunidades indígenas. Lo accidentado de su geografía y la aspereza de sus caminos sigue siendo un freno para su accesibilidad; esto ha mantenido incomunicadas a buena parte de estas comunidades y ha provocado que sus carencias en educación, salud y tecnología condicionen su modo de vivir. Pero así como su aislamiento ha sido una de las razones de su pobreza, también ha dejado que perduren sus tradiciones.

«En México el café se produce fundamentalmente en las vertientes de las cadenas montañosas del centro y sur del país por pequeños productores»

Según la revista Ciencias, que publica la Universidad Autónoma de México, “a diferencia de países como Brasil, que es el primer productor de café en el mundo (…), en México el café se produce fundamentalmente en las vertientes de las cadenas montañosas del centro y sur del país, bajo la cubierta de un dosel de árboles y por pequeños (en algunos casos pequeñísimos) productores, generalmente de comunidades indígenas o mestizas”. La publicación destaca también que “los pequeños cafeticultores de México (y especialmente los de carácter indígena) nunca han dejado solo al café, pues siempre lo han sembrado acompañado de numerosas especies de plantas (generalmente con alguna utilidad comercial o de subsistencia) como parte de lo que técnicamente se denomina un policultivos”.

El café es clave para el desarrollo de las comunidades indígenas.
El café es clave para el desarrollo de las comunidades indígenas.

Riqueza multicultural
Hablar de los indígenas es sumergirse en la multiculturalidad que enriquece al país. Su espíritu comunitario, fuertemente arraigado gracias a sus costumbres ancestrales, ha moldeado la impermeabilidad que los caracteriza. Al hablar de los indígenas, siempre se menciona la estrecha relación que existe entre ellos y el café sostenible (orgánico), algo que viene dado porque sus tradiciones les han permitido sobrevivir sin que factores ajenos a los naturales intervengan en la producción del café. Los indígenas han mantenido la biodiversidad del entorno en el que viven gracias al café, que es su sostén de supervivencia.

«Sus tradiciones les han permitido sobrevivir sin que factores ajenos a los naturales intervengan en la producción del café»

En la mayor parte de los casos, al ser pequeños productores, su fuerza de trabajo está concentrada en una actividad familiar. Yesica García Martínez, miembro activo de la Academia Mexicana del Café e indígena mazateca de la comunidad de San José Vista Hermosa, municipio de San Lucas Zoquiapam, Oaxaca, recuerda cómo en su infancia ayudaba a su familia a recoger las cerezas del café en los cafetales, algo que todavía forma parte de la vida de las comunidades indígenas. Yesica explica que el desayuno, que se toma antes de que la mañana se ilumine, es la comida más importante de la dieta mazateca sobre todo en los tiempos de recolección (pizca, com ellos lo llaman) “ya que se necesita mucha energía y el característico café de olla que se prepara con canela o piloncillo -dulce preparado a partir del caldo, jarabe o jugo no destilado de caña de azúcar- en una olla de barro es acompañado por el tradicional pan de yema”. Para resistir mejor la actividad de todo el día, se beben energéticos naturales como aguardiente o agua de masa de maíz; los indígenas son quienes mejor conocen las propiedades de su entorno. La jornada termina en el crepúsculo del atardecer cuando cargan en los burros los costales de 60 kilos que la familia cosechó. El café reposa toda la noche al igual que toda la familia.

Productora en la Expo de los Pueblos Indígenas en la Ciudad de México.
Productora en la Expo de los Pueblos Indígenas en la Ciudad de México.

Cuando la familia no puede cubrir todo el trabajo, el empleador ofrece una comida para concluir la cosecha en donde todas las esposas de los contratados colaboran en la elaboración del “amarillito”, un caldo que se prepara con maíz y yerba santa. Muchos de los productos que se consumen se siguen obteniendo por trueque ya que son de difícil acceso, algo que ha permitido que la economía de las comunidades se mantenga.

Con la asesoría brindada a los productores, especialmente a los indígenas, se protege su economía y al mismo tiempo se fomenta una cultura del café que pretende establecer, en la trazabilidad, el beneficio equivalente a cada sector. Hacer énfasis de la importancia de las comunidades indígenas en la producción de café en México es importante porque una taza se saborea mejor con la conciencia del trabajo que implica el café desde su germinación.

Terminamos este artículo con un breve documental que recomendamos, “El camino del café”, y que muestra con el caso de una comunidad otomí del estado de Hidalgo cómo es la vida de los indígenas en torno al café.

Fotos: Academia Mexicana del Café y Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas

https://www.youtube.com/watch?v=tvaEziTfF6A

 

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